Meghan Markle, la duquesa de Sussex, fue una figura muy conocida y controvertida en la familia real británica. Antes de unirse a la realeza, Meghan era conocida por su exitosa carrera como actriz, apareciendo en la popular serie de televisión "Suits".
Después de su matrimonio con el príncipe Harry en 2018, Meghan adquirió el título de duquesa de Sussex. Este título real es otorgado a los miembros de la familia real británica por la reina. Como duquesa de Sussex, Meghan se convirtió en un miembro de alto rango en la jerarquía de la familia real.
Además de ser duquesa de Sussex, Meghan también fue conocida como la condesa de Dumbarton y baronesa Kilkeel. Estos títulos fueron otorgados por el príncipe Harry al casarse, como parte de la tradición real de otorgar títulos secundarios a los miembros de la familia.
Desafortunadamente, Meghan y Harry renunciaron a sus roles como miembros oficiales de la familia real en 2020, lo que llevó a la pérdida de sus títulos reales. Sin embargo, a pesar de no tener actualmente un título real, Meghan sigue siendo una figura influyente y reconocida en el mundo del entretenimiento y la filantropía.
Después de su salida oficial de la familia real británica en marzo de 2020, Harry y Meghan han experimentado algunos cambios significativos en sus títulos y roles.
Anteriormente, Harry tenía el título de príncipe y Meghan era conocida como duquesa de Sussex. Sin embargo, tras su renuncia a sus deberes y privilegios reales, se les ha solicitado que no utilicen los términos "su alteza real" y "príncipe/princesa" en sus nombres completos.
Actualmente, Harry y Meghan se presentan como Harry, duque de Sussex y Meghan, duquesa de Sussex. Aunque ya no tienen títulos de "alteza real", conservan sus títulos de duque y duquesa. Estos títulos nobiliarios son una distinción honorífica que recibieron al contraer matrimonio en 2018.
Además de sus roles nobiliarios, Harry también mantiene el título de caballero comendador de la Real Orden Victoriana, un honor que le fue otorgado por la Reina Isabel II en 2015. Este título reconoce su servicio a la monarquía británica.
Por otro lado, Meghan ha mantenido su título de duquesa de Sussex y ha seguido trabajando en varios proyectos benéficos y empresariales desde su salida oficial de la familia real. También ha comenzado a utilizar su segundo nombre, Rachel, en sus proyectos profesionales.
A pesar de estos cambios en sus títulos, tanto Harry como Meghan siguen siendo figuras públicas influyentes y se han involucrado en varias causas sociales y filantrópicas. Continúan utilizando su plataforma para promover la conciencia sobre temas importantes y para trabajar en la creación de un cambio positivo en el mundo.
Convertirse en duquesa de Sussex implica asumir un papel crucial en la familia real británica y en el panorama social de Inglaterra. Este título nobiliario otorgado por la reina Isabel II a Meghan Markle tras su boda con el príncipe Harry en mayo de 2018, le confiere un estatus de distinción y responsabilidad.
Ser duquesa de Sussex implica representar a la corona en diferentes eventos, tanto nacionales como internacionales. Meghan Markle ha asumido el papel de manera impecable, participando en actos caritativos, visitando países en desarrollo y promoviendo causas benéficas. Además, como miembro de la familia real, es un referente y modelo a seguir para muchas personas en todo el mundo.
El título también lleva consigo una serie de deberes y protocolos que deben seguirse. Como duquesa de Sussex, Meghan Markle debe actuar con elegancia y seguir las normas de etiqueta establecidas por la realeza británica. Esto implica vestirse adecuadamente en eventos formales, acompañar al príncipe Harry en compromisos oficiales y cumplir con la agenda real.
Por otro lado, ser duquesa de Sussex también proporciona ciertos privilegios. Meghan Markle tiene acceso a una red de contactos y recursos que le permiten llevar a cabo su labor caritativa de manera más efectiva. Además, disfruta de una atención mediática constante, lo que le permite dar visibilidad a las causas que defiende y generar conciencia sobre temas importantes.
En resumen, ser duquesa de Sussex representa un compromiso con el servicio público, la representación de la corona británica y la promoción de causas benéficas. Es una posición de influencia y responsabilidad que Meghan Markle ha sabido desempeñar con excelencia, convirtiéndose en un ejemplo para muchas personas en todo el mundo.
El príncipe Harry, hijo de la princesa Diana y el príncipe Carlos, es ahora conocido como el duque de Sussex después de su matrimonio con Meghan Markle.
El título de duque es un título nobiliario que se le otorgó el día de su boda como una muestra de reconocimiento y honor hacia él y su nueva esposa.
El duque de Sussex es un título que tradicionalmente se le otorga al hijo menor del soberano inglés, y en este caso, fue el título elegido por la reina Isabel II para el príncipe Harry.
Aunque Harry sigue siendo un miembro de la familia real británica, al renunciar a sus funciones reales y mudarse a los Estados Unidos con su esposa e hijo, el príncipe ahora tiene más libertad para llevar una vida más privada y enfocarse en sus proyectos personales y de caridad.
La decisión de renunciar a sus deberes reales generó un debate público intenso y dio lugar a especulaciones sobre el futuro papel del príncipe Harry en la monarquía británica. Sin embargo, su título de duque de Sussex sigue siendo válido y le permite mantener su estatus y reconocimiento dentro de la familia real.
En resumen, el príncipe Harry es ahora conocido como el duque de Sussex. Aunque ha renunciado a sus deberes reales, su título nobiliario aún le otorga un lugar destacado dentro de la familia real británica y garantiza su reconocimiento en la sociedad.
Meghan Markle no es princesa porque cuando se casó con el príncipe Harry en 2018, no pertenecía a una familia real y no tenía un título real. Sin embargo, ella recibió el título de duquesa de Sussex como parte de su matrimonio con el príncipe.
A diferencia de Kate Middleton, quien se convirtió en duquesa después de casarse con el príncipe William pero fue llamada princesa, Meghan no tiene ese mismo título. Esto se debe a que el Rey Jorge V emitió una orden en 1917 que establece que solo los hijas e hijos del soberano, así como las hijas e hijos del hijo mayor del soberano tienen el título de príncipes y princesas.
La diferencia entre ser llamada princesa o duquesa puede parecer insignificante, pero es una distinción importante en el Reino Unido. Ser llamada princesa significa que tienes un rango más alto en la jerarquía real, mientras que ser duquesa implica que estás casada con un príncipe pero no tienes un rango real.
Además, Meghan también recibió el título de condesa de Dumbarton y baronesa Kilkeel después de su matrimonio. Estos títulos no tienen el mismo rango que el de duquesa y no la convierten en princesa.
Por lo tanto, aunque Meghan es miembro de la familia real británica y lleva el título de duquesa, no se le llama princesa debido a las restricciones establecidas por la orden emitida por el Rey Jorge V en 1917.