Según Adolf Loos, la arquitectura es una forma de arte que debe ser simple, funcional y elegante. En su opinión, la ornamentación y la decoración no son necesarias en la arquitectura y solo sirven para ocultar la falta de calidad en el diseño.
Loos considera que la arquitectura debe seguir los principios de la utilidad y la honestidad. Para él, un edificio debe ser construido con materiales de alta calidad y diseñado para cumplir con su función principal, sin artificios innecesarios. Debe ser hermoso en su propia simplicidad y funcionalidad.
El arquitecto austríaco cree que la arquitectura debe estar basada en la verdad estructural y en la honestidad de los materiales. Los elementos constructivos de un edificio deben ser visibles y no deben ser ocultados con ornamentación innecesaria. Por lo tanto, su estilo arquitectónico es conocido como "Arquitectura desnuda".
En resumen, para Adolf Loos la arquitectura es una forma de arte funcional y elegante, que sigue los principios de la utilidad y la honestidad. La ornamentación y la decoración no son necesarias y sólo ocultan la falta de calidad en el diseño. La honestidad estructural y de los materiales, junto con la simplicidad y la funcionalidad, son aspectos clave de su enfoque arquitectónico.
Adolf Loos fue un arquitecto austriaco que durante la primera mitad del siglo XX tuvo una gran influencia en el desarrollo de la arquitectura moderna. Para Loos, la arquitectura no era simplemente una forma de construir edificios, sino que era una forma de arte que debía estar en armonía con la sociedad y con los valores de la época en que fue construida.
Loos creía que la arquitectura debía ser funcional, es decir, que debía cumplir con las necesidades prácticas del ser humano, sin añadir elementos decorativos que no fueran necesarios. Para él, la ornamentación era el resultado de una sociedad primitiva que necesitaba expresar su riqueza a través de objetos y edificios elaborados. Por esta razón, afirmaba que la belleza de un edificio no debía depender de la ornamentación, sino de la simplicidad de sus líneas y de su capacidad para cumplir con su función.
Otra de las ideas principales de Loos era que la arquitectura debía ser honestidad. Es decir, que los materiales utilizados debían ser los necesarios y que las técnicas constructivas debían ser visibles en el resultado final. Para él, las mentiras que se esconden detrás de las fachadas elaboradas y los materiales baratos eran una muestra de la falta de respeto por la sociedad y la cultura. Por eso, afirmaba que "La belleza sólo puede existir en la verdad".
En resumen, para Adolf Loos la arquitectura era una forma de expresión artística que debía estar en armonía con la sociedad y los valores de su época. La belleza debería surgir de la simplicidad y la honestidad en su construcción. Fue un defensor de la funcionalidad en los edificios y consideró que la ornamentación no era necesaria para crear edificios hermosos, y que la verdadera belleza se encontraba en la verdad y la honestidad de los materiales.
Raumplan es un término alemán que se puede traducir como "plan de espacio". Este concepto fue introducido por el arquitecto austriaco Adolf Loos en la década de 1920, y se refiere a una manera particular de entender la distribución de los espacios en una edificación.
Loos creía que la altura de una construcción no debería limitarse a un número determinado de pisos, sino que los diferentes usos que se le dieran a cada uno de ellos debían determinar su altura. De esta manera, cada espacio tendría un tamaño y una ubicación específicos en la totalidad del edificio, en función de sus necesidades funcionales y estéticas.
En otras palabras, el raumplan supone una flexibilización de la tradicional clasificación de los espacios según su uso (dormitorios, salas de estar, cocinas, etc.), permitiendo que cada uno de ellos tenga una altura y un tamaño acordes con sus necesidades específicas. Esto podría traducirse en una especie de "jerarquía" interna dentro de cada espacio.