El estilo clásico es un movimiento artístico que surgió en la Grecia antigua y se extendió durante la época de Roma y el Renacimiento. Este estilo se caracteriza por la búsqueda de la perfección en la representación de la figura humana y la idealización de la realidad.
El arte clásico se enfoca en la representación de la belleza a través de la armonía, el equilibrio y la simetría. Las obras clásicas se caracterizan por su naturaleza ordenada y proporcionada, así como por la claridad y sencillez en su presentación.
El estilo clásico se ha mantenido presente a lo largo de la historia del arte, influyendo en movimientos posteriores como el neoclásico y el academicismo. Una de las principales características del arte clásico es su enfoque en la representación de la figura humana como la fuente de la belleza y la estética.
En resumen, el estilo clásico es un movimiento artístico que se enfoca en la representación de la belleza a través de la perfección, la armonía y la idealización de la realidad. Su enfoque en la figura humana como la fuente de la belleza ha mantenido su influencia a lo largo de la historia del arte y ha servido como inspiración para muchos artistas en todo el mundo.