En Suecia, las casas rojas son tradición y parte de su identidad cultural, pero ¿por qué se eligió este color en particular?
La razón principal se relaciona con la disponibilidad y calidad de los materiales de construcción. En Suecia, la madera es uno de los recursos naturales más abundantes, por lo que se convirtió en uno de los principales materiales para construir casas. Sin embargo, la madera no es un material resistente al clima, por lo que se revestía con una mezcla de tierra y lino.
En el siglo XVI, el rey Gustavo Vasa decretó que todas las casas debían ser pintadas de color rojo para proteger el revestimiento y mejorar la apariencia de los edificios. Este color era el resultado de mezclar la pintura con restos de cobre, hierro y arcilla, lo que resulta en un tono terracota que aún se usa para pintar casas hasta el día de hoy.
Además de su carácter histórico y cultural, la pintura roja también tiene una importante función práctica, ya que ayuda a preservar la madera y actúa como un repelente natural contra los insectos y el moho. Y aunque hoy en día existen otras alternativas para el revestimiento de madera, los suecos han decidido mantener esta tradición tan querida, pintando incluso edificios gubernamentales y monumentos con el característico color rojo oscuro.