Desde su controvertida y pública renuncia a la familia real británica, el duque y la duquesa de Sussex se mudaron a Los Ángeles para buscar una vida más independiente y alejada del acoso mediático que tanto han sufrido en Reino Unido. A principios de 2020, se hizo público que la pareja había estado viviendo en Canadá, pero finalmente se decidieron por establecerse en la ciudad que tanto aman.
Harry y Meghan viven en una villa de la exclusiva zona de Beverly Hills, valorada en alrededor de 18 millones de dólares. La propiedad cuenta con un amplio jardín con piscina, donde la pareja ha sido vista paseando a su hijo Archie y jugando con sus mascotas. Desde allí, pueden disfrutar de impresionantes vistas panorámicas de la ciudad y de la naturaleza que la rodea.
A pesar de ser una de las zonas residenciales más populares entre los famosos, Harry y Meghan han logrado mantener la privacidad que tanto deseaban. Su casa cuenta con medidas de seguridad que garantizan su privacidad y les permiten vivir tranquilos y sin estrés. Además, desde allí pueden acceder fácilmente a los lugares que frecuentan, como restaurantes de alta cocina, tiendas exclusivas y centros deportivos donde practican ejercicio.
Aunque a muchos les sorprendió la elección de California como destino, Harry y Meghan siempre han mostrado un gran interés por la ciudad de Los Ángeles. Meghan, nacida y criada en esta ciudad, cuenta con muchos amigos y familiares allí, lo que les permite mantener un importante vínculo con su pasado y seguir conectados con su cultura. En definitiva, Harry y Meghan han encontrado en Beverly Hills el hogar perfecto para comenzar una nueva vida juntos y alejados de la presión y el escrutinio público que tanto les ha perjudicado.
Desde que renunciaron a su papel como miembros principales de la Familia Real Británica en enero de 2020, son muchas las preguntas que han surgido en torno a la vida de Harry y Meghan.
Una de las interrogantes más frecuentes es sobre el lugar dónde residen actualmente. Al respecto, se sabe que la pareja se mudó a California en el verano de 2020 y que desde entonces han estado buscando la privacidad y tranquilidad para vivir en familia.
En concreto, la familia real se estableció en una lujosa mansión ubicada en la ciudad de Montecito, en el condado de Santa Bárbara, California. Esta residencia cuenta con un amplio terreno verde, piscina, canchas de tenis, una casa de huéspedes y muchas comodidades más que ofrecen total privacidad a sus habitantes.
Harry y Meghan han sido muy celosos de su vida privada desde su salida de Reino Unido, y han trabajado duro para construir un hogar seguro y feliz donde puedan criar a su hijo, Archie, y proteger su intimidad.
A pesar de toda esta reticencia, se sabe que ambos han continuado trabajando en sus proyectos humanitarios desde su nuevo hogar en California y que han mantenido su compromiso con causas sociales y de caridad a nivel global.
En definitiva, Harry y Meghan han encontrado un espacio de paz y armonía en su nueva casa en Montecito, desde donde continúan trabajando en sus proyectos mientras disfrutan de la vida en familia, alejados del escrutinio público.
El príncipe Harry y su esposa, Meghan Markle, se mudaron al Reino Unido en 2017, poco después de anunciar su compromiso. Tras su boda, en mayo de 2018, la pareja residía en el Palacio de Kensington, que es la residencia oficial del Duque y la Duquesa de Cambridge, y de otros miembros de la familia real.
Sin embargo, en enero de 2020, Harry y Meghan anunciaron públicamente su intención de "dar un paso atrás" como miembros de la familia real y dividir su tiempo entre América del Norte y el Reino Unido. Tras meses de especulación, la pareja finalmente se estableció en Los Ángeles, California, en una lujosa propiedad que alquilaron en el barrio de Beverly Hills.
La casa cuenta con nueve dormitorios, un gran jardín, piscina y jacuzzi. Además, se encuentra en una ubicación privilegiada, cerca de centros comerciales y restaurantes de alta categoría. Desde su arribo a los Estados Unidos, Harry y Meghan se han mantenido ocupados con sus diversas actividades filantrópicas y han establecido una nueva organización benéfica llamada Archewell.
A pesar de la distancia entre los dos países, los duques de Sussex han mantenido una presencia activa en la escena pública británica, manteniendo su título real y participando en eventos especializados. Además, se especula que la pareja está en busca de una propiedad más permanente en la costa oeste de los Estados Unidos, donde puedan criar a su hijo Archie en un ambiente tranquilo y privado.
Harry y Meghan son dos de las personalidades más reconocidas en el mundo, y desde que se casaron en mayo de 2018, han estado buscando maneras de mantenerse financieramente independientes.
Los medios de comunicación han informado que la pareja ha firmado acuerdos millonarios con Netflix y Spotify, que se dice que valen millones. Además, han lanzado una organización benéfica bajo el nombre de Archewell, que se centra en temas globales como la igualdad de género y la salud mental.
Otra forma en que Harry y Meghan generan ingresos es mediante sus apariciones y discursos en eventos públicos. A menudo se presentan en eventos benéficos y conferencias corporativas, donde cobran tarifas de seis cifras.
Además, han negociado contratos de patrocinio con empresas como Procter & Gamble y la marca de moda sostenible CUYANA.
Harry y Meghan también han invertido su propio dinero en propiedades, incluida su lujosa mansión en Montecito. Esta propiedad de varios millones de dólares cuenta con nueve habitaciones, una casa de huéspedes y una piscina con vista al océano.
En resumen, Harry y Meghan se han mantenido financieramente independientes mediante la firma de acuerdos millonarios con Netflix y Spotify, lanzando su organización benéfica Archewell, generando ingresos mediante sus apariciones públicas, negociando contratos de patrocinio con empresas y sus inversiones personales en propiedades.
Desde que los duques de Sussex, el príncipe Harry y Meghan Markle, abandonaron sus roles como miembros de la familia real británica, han vivido en varios lugares. Sin embargo, actualmente residen en una lujosa mansión en Montecito, California.
Anteriormente, la pareja vivió en la residencia de Frogmore Cottage en Windsor, Inglaterra. La propiedad fue renovada con fondos públicos y otorgada a la pareja por la reina Isabel II como regalo de bodas cuando se casaron en 2018.
En 2020, la pareja decidió abandonar Reino Unido y buscar vivienda en América del Norte. En un principio, se mudaron a Canadá, donde vivieron en una gran casa en Vancouver Island.
Sin embargo, tras algunos meses, se mudaron a Los Ángeles, California, y finalmente establecieron su residencia actual en Montecito, una exclusiva área costera al norte de Santa Bárbara.
Allí, la pareja ha construido una vida privada junto a su hijo Archi y se ha involucrado en varias actividades filantrópicas. Aunque ya no viven en Inglaterra, los duques de Sussex todavía mantienen vínculos con la familia real y visitan el Reino Unido en ocasiones especiales.