César Manrique fue un artista y arquitecto nacido en Lanzarote, en las Islas Canarias de España, en el año 1919. A lo largo de su carrera, Manrique dedicó gran parte de su tiempo a su ciudad natal, donde ha dejado su impronta artística gracias a su arquitectura y su pasión por la conservación del medio ambiente y la belleza natural de la isla.
En cuanto a su residencia, César Manrique vivía en una casa que él mismo diseñó y construyó en Haría, una localidad ubicada en el valle más fértil y verde de Lanzarote. Allí, Manrique encontró un entorno ideal para poner en práctica su propia estética y filosofía, convirtiendo su hogar en un oasis de arte y naturaleza.
La casa de César Manrique en Lanzarote es un claro ejemplo de su estilo de vida y obra, donde se puede apreciar cómo logró integrar elementos naturales en su arquitectura. Fue construida sobre la colina para tener vistas espectaculares del Valle de las Mil Palmeras, y cuenta con terrazas y jardines que se integran en la topografía de la zona, incluyendo habilitado un estanque para el reciclaje del agua de lluvia.
Aunque César Manrique falleció en 1992, su legado sigue vivo en Lanzarote, especialmente en su casa, que hoy en día está abierta al público como un museo. Además, Manrique dejó su huella en toda la isla, colaborando en proyectos urbanísticos y culturales que han contribuido a preservar y destacar la riqueza natural y estética de su amada tierra natal.
César Manrique fue un artista español que nació en Lanzarote, una de las islas del Archipiélago de las Canarias, en 1919. A lo largo de su vida, César Manrique recorrió distintos lugares del mundo, pero siempre mantuvo un fuerte vínculo con su lugar de origen.
Uno de los lugares donde César Manrique vivió durante gran parte de su vida fue en la "Casa de Tahíche", una casa que construyó en 1968 sobre un campo de lava en Tahíche, en la isla de Lanzarote. Se trata de una vivienda típica canaria, que Manrique reformó para convertirla en una casa-museo donde exhibía su obra y la de otros artistas.
Además de la "Casa de Tahíche", César Manrique también tenía una casa en Haría, otro municipio de la isla de Lanzarote, donde vivió durante una temporada. En esta casa, Manrique se dedicó a diseñar y crear su propio jardín, donde combinó elementos naturales y artificiales con gran habilidad, como era típico en su estilo de trabajo.
César Manrique no se limitó a vivir en Lanzarote: también vivió en otros lugares como Nueva York, Madrid, Florencia o Teguise. Sin embargo, siempre mantuvo un cariño especial por su isla natal, y trabajó para lograr una convivencia en armonía entre el hombre y su entorno natural en este lugar del mundo.
César Manrique es uno de los artistas más importantes de Canarias. Su legado artístico lo podemos ver en todas las Islas, especialmente en Lanzarote, su isla natal. Allí, el artista construyó una casa que se ha convertido en un lugar de culto para los visitantes de la isla. ¿Cómo se llama la casa de César Manrique?
La casa de César Manrique se llama “Taro de Tahíche”. Este nombre hace referencia al lugar donde se encuentra la vivienda, en Tahíche, a pocos kilómetros de Arrecife, la capital de la isla. Diseñada por el propio Manrique, la casa es un ejemplo de la arquitectura tradicional de Lanzarote. Para su construcción, el artista utilizó materiales autóctonos y combinó el estilo rural con el moderno.
Taro de Tahíche es una casa sorprendente. Desde el exterior, nos llama la atención su color blanco y el contraste con los jardines y los cactus que la rodean. Además, la casa cuenta con una piscina y varias terrazas que la convierten en un lugar ideal para relajarse. El interior de la casa es igualmente impresionante. Desde la entrada, podemos observar una de las obras más famosas del artista: el molino que preside el salón principal. Aquí también podemos encontrar numerosas esculturas, pinturas y otros objetos de arte que Manrique coleccionó a lo largo de su vida.
Lanzarote es conocida por sus impresionantes paisajes volcánicos y su sorprendente arquitectura César Manrique. Manrique, el artista de la isla y defensor del medio ambiente, ayudó a moldear en gran medida el paisaje cultural de Lanzarote. Sus obras integradas en el paisaje son una expresión de su amor por esta tierra mágica. Hay varios lugares indispensables para visitar para conocer mejor la obra de este artista.
El Tanque de la Casa Omar Sharif, en Teguise, es una de las obras más famosas de Manrique. Se encuentra en un antiguo volcán, y fue construido en la década de 1970. En 2016, la casa se abrió al público. La piscina es un impresionante lienzo de azul que cambia de color según la hora del día. La casa todavía conserva algunos de los diseños originales de Manrique.
Otro lugar emblemático es la Casa-Museo César Manrique, ubicada en la finca El Taro de Haría. Esta casa fue diseñada y construida por Manrique como su hogar y estudio. La estructura blanca en forma de cúpula está integrada en el paisaje y se funde con las rocas y los volcanes de Lanzarote.
El Monumento al Campesino es un homenaje a la labranza y la fertilidad del suelo. Se encuentra en el centro de la isla y fue construido en 1968. El monumento está formado por una serie de edificios tradicionales canarios y cuenta con un pequeño museo dedicado a la agricultura y la artesanía local.
El Jardín de Cactus es una selección perfecta para aquellos que desean conocer el increíble talento de Manrique como diseñador de paisajes. Este impresionante jardín de cactus ubicado en Guatiza, en el norte de la isla, contiene más de 7,000 especies diferentes de cactus. El jardín está formado por terrazas conectadas por senderos serpenteantes y ofrece vistas impresionantes de los volcanes y el mar cercano.
Por último, el Mirador del Río es una visita obligada para obtener la mejor vista de la isla. Se encuentra en el norte de la isla, cerca de los acantilados de Famara, y ofrece vistas panorámicas del Océano Atlántico. La vista en sí es espectacular, pero también lo es la estructura en sí, que está integrada en el paisaje local.
César Manrique, el famoso artista y arquitecto español, tenía un gusto exquisito en todo lo relacionado con el diseño y la estética. Por eso no es de extrañar que su coche elegido también fuera una obra de arte en sí misma.
El coche de César Manrique era un Citroën SM, un modelo icónico de la marca francesa en los años 70. Este coche era conocido por su elegancia y su diseño futurista, características que hacían eco en la obra de Manrique y su visión de la modernidad.
El Citroën SM era un automóvil deportivo que combinaba la potencia de un motor V6 con la comodidad y el lujo de una berlina. Además, este modelo tenía la peculiaridad de contar con una suspensión hidroneumática que lo hacía especialmente suave y agradable de conducir.
El gusto de César Manrique por los coches y la velocidad no se limitaba solo a su Citroën SM. El artista canario también era un apasionado de las carreras de coches y participó en varias competiciones durante su juventud.