La construcción de la catedral de Notre Dame comenzó en el año 1163 y se tardó en completarla más de 200 años en total.
La catedral fue construida en diferentes etapas; primero se construyó el coro y el transepto, y posteriormente se agregó la nave central y las torres. Esto hizo que la construcción fuera compleja y larga en el tiempo, ya que se tuvieron que realizar numerosas reformas.
Además de las reformas, también se presentaron problemas en la construcción. En el siglo XIV, se necesitó construir un refuerzo en la torre debido a que no soportaba el peso de la campana y amenazaba con colapsar. En el siglo XIX, la catedral se encontraba en un estado de deterioro avanzado y fue necesaria una restauración total.
Finalmente, la catedral de Notre Dame fue terminada en el siglo XIV y ha sobrevivido a lo largo de los siglos como un símbolo de la arquitectura gótica y de la historia de Francia.
La majestuosa catedral de Notre Dame es uno de los símbolos más icónicos de la ciudad de París. ¿Pero quién fue el responsable de su construcción hace más de 800 años?
A principios del siglo XII, el obispo Maurice de Sully propuso la idea de construir una gran catedral en el corazón de París. Por aquel entonces, la ciudad no contaba con ninguna edificación de este tipo que pudiera rivalizar con las grandiosas catedrales que se estaban construyendo en otras ciudades europeas.
Con el apoyo del rey Louis VII, Maurice de Sully ordenó la construcción de la catedral en el año 1163. La construcción de Notre Dame se llevó a cabo en varias fases, siendo la mayor parte de ella completada en el siglo XIII.
En total, la construcción de la catedral duró más de 100 años y fue llevada a cabo por varios arquitectos y trabajadores. Es un testimonio de la habilidad y el ingenio de los artesanos de la época, que pudieron crear una estructura tan impresionante sin la ayuda de maquinaria moderna.
Hoy en día, la catedral de Notre Dame sigue siendo una joya arquitectónica y un importante lugar de culto. Su construcción inicial puede haber sido ordenada por un solo hombre, pero su impacto se ha sentido durante siglos y seguirá siendo una muestra del talento humano durante siglos venideros.
El pasado 15 de abril del 2019, una tragedia sucedió en Francia. El emblemático edificio de la Catedral de Notre Dame, ubicado en París, fue atacado por un feroz incendio. A pesar de las esfuerzos de los bomberos, quienes acudieron al lugar para tratar de controlar el fuego lo más pronto posible, la catedral sufrió graves daños en su estructura y contenido.
Por fortuna, no se reportaron víctimas humanas en el incidente. Las autoridades confirmaron que todas las personas que estaban en el interior de la catedral fueron evacuadas a tiempo y sin sufrir lesiones. Además, los bomberos lograron salvar muchas de las reliquias y obras de arte que se encontraban dentro de la catedral, tales como el tesoro de la catedral y el órgano principal.
El incendio de Notre Dame fue un evento desafortunado que causó gran consternación en todo el mundo. A medida que avanzaban los trabajos de reconstrucción y reparación de la catedral, se revelaron detalles sobre la magnitud del daño. Se estima que el fuego destruyó gran parte del techo de la catedral, así como la aguja de la misma. Aunque los trabajos de restauración todavía no han finalizado, se espera que la catedral pueda abrir sus puertas lo antes posible para que los turistas puedan volver a disfrutar de su impresionante arquitectura.